domingo, 20 de mayo de 2018

ANÁLISIS DE UNA IMAGEN



La imagen que a continuación voy a describir de forma objetiva y subjetiva se trata de una imagen publicitaria de una reconocida marca de perfumes. En ella podemos ver el interior de un edificio, concretamente un pasillo, en el que se encuentran dos personas, un hombre y una mujer. Además de ellos, hay dos puertas a la izquierda y una puerta de ascensor a la derecha. Por último hay que destacar la perspectiva que visualmente nos conduce al fondo del pasillo y que nos hace un rápido recorrido por él y por todos sus componentes hasta la lámpara que ilumina la pared.

La imagen descrita presenta un encuadre rectangular en una disposición horizontal, seguramente para una mejor difusión, y una angulación frontal, es decir, a la altura de los ojos del espectador. La posición de los personajes es la siguiente: el hombre a la derecha de la imagen que sale del ascensor iluminado por la luz del mismo. Esto hace que resalte la gran manilla de muñeco que tiene en la espalda. La mujer se encuentra apoyada en la pared de la izquierda, junto a la puerta de entrada entreabierta de una habitación. Por otro lado, el formato presenta un gran plano general que permite ver el escenario y los personajes.

En cuanto al eslogan y logotipo de la marca (“Quizás, quizás, quizás, The new feminine fragance by LOEWE”), se localizan en la esquina inferior derecha, en un segundo plano y en un tamaño bastante pequeño comparado con el resto, dejándole por tanto la importancia a la propia imagen.

Con respecto al grado de iconicidad es alto, ya que se trata de un montaje publicitario pero aun así guarda cierto parecido con la realidad.

En esta imagen hay una luz oscura e intensa con grandes contrastes y sombras. Destacan principalmente cuatro focos de luz: la que procede del ascensor, las dos de ambas puertas en la pared izquierda y la que produce el aplique del fondo del pasillo. Además hay que decir que, gracias a la fuerte sombra negra, se produce a ambos laterales del formato una especie de marco que ayuda a adentrarse mejor en el espacio.

En cuanto a los colores, la imagen tiene una combinación de tonalidades muy interesantes. Mientras que en el pasillo, y por lo tanto en la mayoría del espacio, hay unos colores cálidos burdeos, marrones… en el interior de la habitación que se ve por la puerta entreabierta junto a la chica, predomina una gama fría de azules.

Por otro lado, el vestuario de los personajes es muy llamativo, en especial el vestido blanco y negro de la chica, en el que, con ayuda de la luz cenital y frontal que le llega, recae uno de los principales puntos de atención.  Lo siguiente en lo que te fijas es en el rostro iluminado del hombre y en el manillar que tiene en la espalda, así como de la flor que lleva en la mano y de su postura inmóvil y erguida en medio del pasillo.

En base a la lectura objetiva que acabo de realizar, mi lectura subjetiva sería la siguiente:

Lo primero que llama la atención son las caras y expresiones de los personajes, al igual que la pose de ambos. Sobre todo, destaca la postura de la mujer que tiene una actitud provocativa e incitante, que junto con la expresión de su cara te da pie a pensar que lo que quiere es atraer al hombre hacia la habitación.  Esta idea se incrementa cuando ves que el hombre tiene una manecilla en la espalda cual muñeco al que le das cuerda y hace lo que quieras.

Si sumas esto al eslogan del anuncio “Quizás, quizás, quizás” y a que es una nueva fragancia dirigida a mujeres, te hace pensar en que gracias al perfume, toda mujer que compre este producto puede conseguir lo que quiera, hasta dirigir a un hombre para que haga lo que sea.

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